MM: Como es harto sabido, durante la época de los Medici, las
artes sufrieron un poderoso impulso; es el caso de Lorenzo el Magnífico,
en Florencia y de Garrastazú el Estupendo, en Brasil. Uno de
los compositores más prolíficos del Brasil...
EA: ¡Más
prolijitos!
MM: ¡Prolíficos!
EA: prolijitos
MM: ¡Prolíficos!
EA: ¡No
hombre!
EA: ¿proli
qué?
MM: Prolíficos...
EA: ¿y
qué es prolíficos?
MM: ¡¿cómo
qué!? Prolíficos es... ¡prolíficos!
EA: ¡Prolijito!
MM: Insisto...
CN: (espiando
el texto de MM)... dice "prolífico"
MM: Eh!
EA: Está
mal...
CN: Ah,
si está mal debe tratarse con toda seguridad de un error.
MM: Uno
de los compositores más... prolijitos del Brasil, es sin duda
Dorival Lampada, más conocido popularmente como Lampinho. Lampinho,
músico de extracción popular, perfeccionó sus dotes
en el conservatorio municipal de Río de Janeiro bajo la experta
vigilancia de Caetano Soares y otros dos policías. Luego realizó
un seminario en el Centro de Altos Estudios Mu-sicales Manuela, durante
cuyo transcurso y como obra de tesis compuso "La Bossa Nostra".
En "La Bossa Nostra", Lampinho relata la historia de un extranjero
admirado por las playas y el sol del Brasil. El extranjero sigue por
la playa a una mujer de alucinante belleza, en cuya descripción
la obra llega al paroxismo. Por fin consigue acercarse a la beldad y
declararle su amor. Como se verá esta obra es netamente programática.
El clima mítico de toda "La Bossa Nostra" culmina hacia
el final con una invocación desesperada a la playa y el sol quemantes
del Brasil.
Les Luthiers interpretan a continuación "La Bossa Nostra",
de Dorival Lampada. Son sus partes (de la obra): Conversación,
En la playa de Copacabana, Obertura, Oscurecimiento y Éxtasis,
Persecución, y Final.
(Conversación)
CN: ¡Conversación!
(Se ponen todos a charlar)
CN: No,
no, no... No es una conversación...
DR: pero
si acaba de decir que viene la conversac...
CN: no...
una "conversação". En portugués.
TODOS:
(...?...)
EA: Ah!...de
hablar de cosas de Brasil...
CN: Ea!
¡De Brasil! De Brasil...
DR: ¡Banana!...
je, je, je
CN: si,
banana es una fruta, ¿no? Pero hay otras cosas en Brasil.
Nostalgia, Ipanema...
JM: ehm...
CN: ¡Fútbol!
EA: Ah!
De fútbol... Pelé
DR: Pelé
banana.
CN: Nostalgia,
Ipanema, fútbol...
JM: Castañas
de cajú.
EA: Café.
CN: Café
de Colomb... de Brasil... no sólo cosas de comida... otras cosas
JM: Saravá
DR: Sarabién...
CN: Bueno,
vamos a hacer un poco de música de Brasil. Eh? Vamos hacer
¡Qué bonito! ¡Qué agradable!
(arranca
marchinha)
CORO:
la la lara la la lá...
DR: ¡Todos!
CN: ¡No,
no, no! música de Brasil.
EA: música
de Brasil, esto es música de Brasil...
CN: Yo
no quiero marchinha, ni samba ni batucada. Yo quiero una bossa.
DR: ¿Una
bolsa?
CN: ¡Una
bossa!, ¡una bossa nostra! Eh... ¡Jorge! intenta con la
guitarra
DR: ¿Jorge,
violado?
CN: ¡No,
no!, violão es guitarra. , ¿Vas a intentar con la guitarra?
(Ataca música de bossa nova)
Ahí
está, eso es una bossa... mira que bonito...
CORO:
¡Oh sol, oh sol, oh sol, oh sol, oh sol!
Oh sol quemante y ardiente,
oh sol cocinero de gente,
oh sol tan firme y bruñido,
oh sol de fuego encendido
que quema hasta el apellido,
oh sol, oh sol sostenido,
oh sol, oh sol bemol.
CN: Me gusta tirarme en la arena
de la playa tranquila
asando mi cuerpo gentil,
asándome de frente y de perfil.
Me place hasta el paroxismo
el bestialismo
del sol de Brasil.
CORO:
Que él gusta del sol está a la vista, es un verdadero
solista.
CN: Les
contaré una historia
que ocurrió una vez
en una playa de Brasil
(Arranca
marchinha)
CORO:
En Brasil es una bendición
como se hace la digestión.
De Botafogo a Ipanema
no necesitas enema
porque, con todo respeto
Brasil es tan digestivo...
CN: ¡Basta!
¡Basta!
Quiero contar una historia que sucedió una vez en una playa...
eh...
Quiero
contar una historia
que sucedió una vez
¡y es mucho mejor
que me dejen
y no me interrumpan!
(Retoma
bossa nova)
CORO:
Cuenta tu cuento extranjero
a la una, a las dos, y a las tres
CN: Okey
Un
día de sol en la playa,
soñando cosas bonitas,
masticaba una banana,
la fruta más folklórica,
gozando de la fresca viruta
en la playa de Copacabana.
Estaba
feliz en el sol tan fulguroso,
en la arena que ardía,
cuando de repente...
¡Un oscurecimiento!
DR: ¿Un
qué?
CN: Un
oscurecimiento.
DR: ¡¿En
pleno día?!
CN: ¡Yeah!
Se hizo de noche en pleno día
Una
sombra tan tupida,
una sombra tan grandota,
era la sombra producida
por las caderas de una chica.
Era una
chica que tenía...
Era una chica que tenía:
(batucada)
Un andar
de gacela,
cinturita de avispa,
piel de terciopelo,
cabellos de lino,
manos de Eurídice...
unos piecitos...
unos pies cúbicos,
el talón de Aquiles,
la nuez moscada
y la lengua muerta,
una frente popular,
una naricita, una boca,
una bocota,
¡BOCA CORAZON!,
las manos... mano única,
palmas de Mallorca,
codo de Belgrano,
tejas luminosas,
melena Mercurie,
lomo Sapiens,
nalgas marinas,
y ¡un pubis tenía!
un pubis...
JM: ¡Ah!
¡no! ¡no!
Pubis pro nobis.
(Retoma
bossa nova)
CN: Continúo
el relato
de tan colosal levante.
Comencé la persecución
de esas caderas bamboleantes.
Cruzamos
Copacabana
debajo del sol quemante
y cruzamos Ipanema
aguantando el sol quemante.
Cuando ya no pude más,
tomando mucho coraje
decidí tirarme el lance.
Le
dije de tener un romance,
dije cosas tan bonitas
que la chica me dio cita
para bailar en una "boite"...
CORO:
Esa mismísima noche.
DR: ¿Y
cómo fue el final
de esta historia colosal?
CN:
El final... el final fue muy vil
por la culpa de Brasil...
El sol tan ardiente y cruel
me quemó toda la piel.
Tenía quemado todo
de la proa hasta la popa,
que ni siquiera desnudo
podía aguantar a ropa.
CORO:¡Maldita
sea la playa,
maldito sol asesino!
¡Maldita sea la playa,
maldito sol asesino!
CN: Perdí
piel, perdí la chica,
perdí otras mil cosas
CORO:
Unicamente a un idiota
le gusta el sol de Brasil.