Con humor se puede pasar el invierno
Martín Liut La Nación
22 de junio de 1998
Les
Luthiers: como ocurre siempre a esta altura del año, el conjunto
volvió a la actividad con la reposición de "Bromato
de armonio"
Cada vez que regresa el invierno, Les Luthiers, el legendario conjunto
vocal-instrumental-humorístico, reanuda su actividad en el Teatro
Coliseo.
Al
revés que las golondrinas, el quinteto que integran Marcos Mundstock,
Daniel Rabinovich, Jorge Maronna, Carlos Núñez Cortés
y Carlos López Puccio vuelve a "su casa" durante el
frío, en esta ocasión para dar comienzo a la tercera temporada
de su último espectáculo, "Bromato de armonio".
Y
con ellos volverán al Coliseo las risas que ya consiguieron con
"Himnovaciones", las modificaciones a un himno nacional que
un presidente latinoamericano (no se dice cuál, pero hay muchos
curiosamente parecidos) solicita para adecuarlo a "sus ideas";
las clases de educación sexual entonadas a la usanza del canto
gregoriano o el "disuacidio", en el que se burlan -a cuatro
voces- de los centros telefónicos de ayuda al suicida.
También
regresan los instrumentos informales y, por supuesto, no faltará
a la cita el prolífico (y apócrifo) compositor Johann
Sebastian Mastropiero, por primera vez en escena, personificado por
Marcos Mundstock en el número "Para Elizabeth".
Sí,
Les Luthiers se ha convertido en una sana costumbre de la cartelera
porteña, que incluye la entrevista y las fotos "de rigor"
por el reestreno a las que el quinteto se somete con el mismo espíritu
de sus espectáculos: con mucho profesionalismo y humor.
Al
estilo de la barra de amigos de los cafés, las charlas con Les
Luthiers incluyen las acotaciones chistosas, los contrapuntos ágiles,
las frases iniciadas por uno y completadas por otro, y el repaso por
temas tan diversos como el próximo espectáculo, que estrenarán
en 1999, e -inevitablemente- el omnipresente Mundial de fútbol.
-Volver
al Coliseo es para ustedes como regresar al piano de casa, al que ya
se le conocen las mañas...
Mundstock:
-Mejor, porque el piano de casa no lo toco bien (comienzan las risas).
Rabinovich:
-La gente dice: "Claro, es el teatro de ustedes".
López
Puccio: -Es que muchos piensan que somos los dueños...
Rabinovich:
-Y el teatro es italiano, porque forma parte del edificio del consulado.
Es cierto que desde hace 20 años tenemos nuestro depósito
acá. Nuestros instrumentos o están de gira o se guardan
en el Coliseo. Tenemos nuestro taller de electrónica y una sala;
que yo sepa, no lo usa nadie más que nosotros...
Núñez
Cortés: -Hasta tiene barra para hacer los ejercicios de ballet...
(nuevas risas).
Rabinovich:
-Tengo un camarín con mi llave, que me llevo, y nadie lo usa...
Núñez
Cortés: -Y recién hablé por teléfono del
teatro en el que figuran los internos y dicen: "Rabinovich, Maronna..."
Otra vez
las risas generalizadas se confunden con las palabras, hasta que al
final Rabinovich concede: "De alguna manera, es como estar en casa".
No
hay dos sin tres
Dentro
del habitualmente previsible ritmo de trabajo de Les Luthiers, este
año la "novedad" es que la agrupación, nacida
hace 31 años, rompió con la bianualidad: por primera vez,
decidieron continuar tres temporadas seguidas con el mismo espectáculo.
Rabinovich
toma la palabra y destaca que son muchos los motivos que justifican
esta decisión. "Nos encanta "Bromato de armonio"
-explica-, lo que creció como espectáculo es impresionante
y creemos que hay muchísima gente que lo va a venir a ver. Y
eso nos permite laburar más tranquilos el próximo espectáculo,
en vez de estar tan apretados. Nos cuesta mucho trabajo escribir y ensayarlo.
Tenemos la mitad ya hecha. Tres obras probadas y una muy gorda que probaremos
el próximo mes".
"Nunca
nos animamos a hacer la prueba -agrega Mundstock-, la apuesta es si
realmente el público de Buenos Aires no tiene la medida de tres
temporadas de un mismo espectáculo. Si da para tres y estábamos
haciendo dos, era un desperdicio".
Con veinte
años de terapia grupal a cuestas, Les Luthiers también
analizan los costados culpógenos del asunto, que aseguran haber
superado.
Marcos
Mundstock reivindica la decisión de tomar el riesgo con una analogía:
"Es como el tipo que, en la oscuridad, no fue a ver desde afuera
dónde estaba el muro sino que dijo vamos a ir un poco más.
Por ahí se lo choca, pero por tal vez camina y había un
tercer año".En el contrapunto con el locutor "oficial"
de Les Luthiers, Rabinovich recuerda cuando "hace un poco menos
de quince años, estábamos en una crisis creativa. No sabíamos
qué hacer y teníamos el fantasma de no estrenar y eso
nos ponía muy mal. Porque había como una especie de mandato
que estaba mal no hacer algo nuevo a los dos años".
"En
aquella ocasión -continúa Rabinovich- decidimos como "solución"
hacer un "seleccionado de viejos fracasos" o "grandes
hitos". Y me acuerdo de que el que era el analista del grupo habló
de los dividendos: qué válido es cobrarlos cuando la plata
que la produce uno se la ganó en buena ley. A mí me alivia
mucho hacer un tercer año de un espectáculo que me encanta
y que hice yo: no es que estoy robando la plata. Ojalá no nos
equivoquemos. Y si nos equivocamos, estrenamos otro".
Todos
saben que el público más fiel suele regresar a ver un
mismo espectáculo y éste es otro de los elementos que
tuvieron en cuenta. "De hecho, muchísima gente vuelve a
ver a Les Luthiers, porque incluso yo no me acuerdo de cosas del año
pasado", sostiene Rabinovich. "Preguntale a cualquier persona
que haya visto el espectáculo de qué se trata, y salvo
que sea un periodista especializado no recuerda qué vio. Es muy
difícil acordarse y describir un espectáculo de Les Luthiers,
por eso regresan y se divierten muchísimo".
Cambios
gordos
Los cinco
coinciden en que el crecimiento que tuvo el espectáculo "Bromato
de armonio" es muy importante y lo señalan como un motivo
más para la continuidad.
Puccio
reanuda el contrapunto: "El espectáculo cambió mucho
desde el estreno". "Está mucho mejor" agrega Maronna,
interrumpido por Puccio, que continúa: "Creció muy
rápido. El espectáculo anterior, por ejemplo, tuvo su
forma definitiva con un cambio gordo empezando el segundo año,
donde cambiamos todo el final.
Rabinovich
: -Todo este Bromato de Armonio tiene un color distinto del primer año...
Mundstock
: -Y además eso no pasa siempre, mejora con el tiempo a medida
que le agarramos la mano a ciertas cosas, que van encontrando su forma,
Todo está más aceitado, con otro ritmo.
Núñez
Cortés : -Hay algo que nos sucede muy a menudo y sobre todo en
las últimas obras, que son muy complicadas musicalmente. Tenemos
fragmentos operísticos donde los músicos tienen que sacarse
un ojo tocando y cantando...
Maronna
: -Es que somos un poco limitados (regresan las risas).
Núñez
Cortés : -Con esos números en las primeras épocas
de un nuevo espectáculo estamos muy pendientes de la partitura.
Cuando nos empezamos a despegar de la partitura, también los
músicos que estamos tocando y acompañar teatralmente...
Puccio:
-El número de "Escipión" es un caso . Es una
ópera mozartiana y somos tres tocando teclados. No es tanto la
dificultad, sino que estamos permanentemente cambiando de sonido. Ahora
ya lo hacemos de taquito. Y el teclado está allá y estamos
en la escena.
Núñez
Cortés : -Cada dos por tres estamos parados...
Mundstock
: -O sea que ese número tuvo un momento de gloria, al mes del
estreno, una vez que se sintieron seguros; j... tanto... (risas).
Rabinovich
(con tono irónico): -¿Por qué decís j...
y no j...mos?
Mundstock
: -Porque están hablando de los tres que tocan. ¡No me
traiciones si vos sos el que salís p...! (otra vez las carcajadas
ganan la partida).
Los espectáculos
de Les Luthiers tienen un núcleo básico que sus seguidores
conocen bien. Pero a esto le suman en cada ocasión algún
nuevo perfil. En "Bromato de armonio" fue la incursión
en un humor más vinculado con la actualidad política y
según dicen piensan continuar esa línea en el próximo
espectáculo. "Está como intención", comentan
al tiempo que se encarga de aclarar: "Pero tampoco es ésa
la consigna del nuevo espectáculo. Es un dato más que
como muchas cosas fuimos aprendiendo".
Rabinovich
: -En verdad, de lo que preestrenamos hasta ahora, uno sobre el far-west,
un tango y un rap, no están en esa línea. Marcos tiene
un proyecto que tiene mucho color...
- Mundstock
: -La droga esencial de este cambio está en que hasta ahora Les
Luthiers era una especie de j... con las formas. Parodiando géneros,
formas del discurso. Y a cierta cantidad de público por ahí
ya no le alcanza. Le interesa que hablemos de algunos de los temas de
los que se hablan. Entonces va a ver una tertulia radial al uso de los
programas de ahora. Todavía no está claro cómo
se insertará la música, porque en el caso de Himnovaciones
la música es estructural.
"En
realidad -acota Rabinovich- el desafío es hacer algo que tenga
un colorcito más interesante..." "...y que no nombres
a ningún ministro", completa Mundstock.
-Les Luthiers
ya es un clásico. ¿Cómo se imaginan al grupo en
los próximos diez años?
Puccio:
-Vamos a inventar un neoclasicismo... (risas).
Rabinovich
: -Un clasicismo posmoderno.
Maronna
: -Pensamos el futuro como siempre, porque pensamos seguir trabajando
mientras podamos. Me imagino a Les Luthiers haciendo este clásico.
Mundstock
: -Pero todos sentaditos (risas renovadas).
Rabinovich
: -Coincido con Jorge, espero mi trabajo con pocos cambios. Se dejará
de ir a un lado y se irá a otros, probablemente las dobles funciones
las dejemos de hacer. Me imagino que el final del grupo no a va ser
deliberado. El grupo va terminar cuando se termine abruptamente la vida
de algunos de nosotros. Es un final que imagino como abierto, trabajaremos
porque nos da tanto placer estar acá que, ¿que otra cosa
vamos a hacer? También te da mucho tiempo libre...
Les Luthiers
volvieron una vez más y prometen quedarse para rato. Los miles
de fanáticos que tienen en la Argentina y en el mundo, agradecidos.
Ocho
bromas muy armónicas
"Bromato
de armonio" está dividido en 8 números:
Para
Elizabeth: representado por Marcos Mundstock, Johann Sebastian Mastropiero
aparece por primera vez sobre el escenario para escribir una obra para
su amada.
Pequeña
serenata para grandes instrumentos: López Puccio disfrazado
de princesa recibe una serenata de Núñez Cortés
y Maronna. En este número se lucen los instrumentos informales
de Les Luthiers, como la mandocleta, el bass-pipe a vara y la gaita
de cámara.
Himnovaciones
: a lo largo del espectáculo, dos adláteres de un presidente
de alguna democracia latinoamericana supervisan los cambios al himno
nacional sugeridos a un sorprendido compositor representado por Carlos
Núñez Cortés.
La
hija de Escipción : ópera mozartiana cantada por Rabinovich
y Mundstock.
Disuacidio:
una burla cantada a cuatro voces de los servicios telefónicos
de ayuda al suicida.
Educación
sexual moderna: una clase didáctica cantada al estilo del
canto gregoriano.
Quién
mató a Tom MacCoffee? : una reposición en clave de
jazz.
La
redención del vampiro: Mundstock quiere ser recuperado a
la sociedad en clima de música caribeña.