DR: Soy Daniel el seductor
y a la muy hermosa Juana
vengo a cantarle mi amor
al pie de su ventana
CORO: Date prisa señor,
pues al alba despierta su padre.
DR: Terminaré
antes de que amanezca.
CORO: Date prisa señor...
DR: de
que amanezca...
CORO: date prisa señor
DR: de
que amanezca...
¡Mas rápido no puedo!
CORO: Comienza de una vez.
DR: Juana,
ya sé que es tarde,
espero que puedas perdonarme;
asómate, casta Juana,
asómate a la ventana.
CORO: No te ha escuchado,
debes llamar su atención.
DR: Soy Daniel el seductor
y he venido a cantarte mi amor,
y he venido a cantarte mi amor.
¡Juana!
CORO:
¡Nooo!
JM: No,
que puede escucharte su padre, Escipión.
DR: No
temo la ira de un anciano.
CNC: Es
una locura desafiar la prohibición
de cortejar a Juana María del Sagrado Corazón,
la más noble, la más pura, la hija de Escipión.
DR: No
temo a ese viejo cretino.
JM: Escipión
ganó su fama
luchando contra los infieles,
por eso el pueblo le llama:
Escipión el...
DR: ¡No
me importa!
JM: Escipión
el...
DR: ¡No
me interesa!
JM: ...
el asesino sanguinario.
DR: No
me agradaría molestarlo.
CNC: Cántale
ahora, es tu oportunidad,
se ve la sombra de Juana,
con toda claridad,
en la ventana.
CORO: Escipión asesinó
a cuarenta y dos sujetos
porque él consideró,
consideró,
que a su hija le faltaron
el respeto.
DR: Soy
Daniel el respetuoso seductor,
y he venido a cantarle mi amor;
adoro su mano – no – no – no - no
adoro su pelo – lo – lo – lo -lo
adoro su boca, también.
CORO: Su padre ha despertado,
CNC: de solo verlo me aterro
CORO: finge que eres un perro.
DR: Gua
gua guau, gua gua gua guau
CLP: Ya
se fue, se fue, se fue.
DR: Juana,
ya sé que es tarde,
espero que puedas perdonarme
CNC: Escipión
algo ha escuchado,
alguna sospecha abriga,
finge que eres una amiga.
DR: Soy
tu amiga Leonor,
y he venido a cantarte mi amor
CORO:
¡Nooo!
¡No
lo has engañado,
con gesto amenazador
su espada ha desenvainado!
Finge que eres un ave,
canta como el cuclillo
DR: ¿El
qué?
CORO: el cuclillo.
DR: Clu,
clu, clu
nunca
vi un cuclillo en mi vida
CORO: ¡La grulla, el estornino!
DR: ¡Guau guau guau!
CORO: ¡No, algún ave!
DR: ¿La
gallina es un ave?
Co
– co – co
la gallina canta co – co
¡co – co – co – co – co – co –
co!
¡ese es el gallo!
(entra
MM: Escipión, con una espada en la mano)
¡kiriki
– ki – ki – ki – ki!
la gallina ¡co – co – co – co – co!
¡co – co...! ¿cómo le va?
¿Cómo
le va don Escipión? ¡Qué bonito pijama, qué
elegante se lo ve!
Parece la sota de espadas...
¿Qué anda haciendo por aquí a estas horas de la
noche?
MM: Cazando
gallinas
¡te mataré gallina!
DR: ¡Miau,
guau! Muuu
MM: Sólo
un príncipe puede pretender
a Juana María del Sagrado Corazón
la más noble, la más pura,
la hija de Escipión.
DR: Usted
no entiende mi situación,
tenía una ilusión ingenua y sincera,
ansiaba estar con ella un momento
aunque solo fuera;
pero ahora comprendo
que era una quimera.
MM: Tu
sinceridad me ha conmovido,
nunca me engaño con la gente;
veo que eres de sangre noble,
y además, honesto y valiente;
por mi fe: tendrás lo que has pedido.
DR: ¿Y
yo qué he pedido?
MM: Juana
será tu esposa.
DR: Vea,
don Escipión, permítame llamarlo Esci
MM: Puedes
llamarme Pá.
DR: Vea
Don Pá... yo no soy noble.
MM: El
dinero también da nobleza.
DR: Pero
yo soy muy pobre, y mi familia también; son años que arrastramos
esta penosa situación económica que nos embarga.
MM: Me
gusta tu franqueza.
Te casarás con Juana,
de mi decisión me fío,
tendréis una boda cristiana.
DR: Hay
algo más: soy judío.
MM: Quien
no escucha ni dialoga
tiene el corazón vacío;
casaos en la sinagoga,
pero que no vaya ni un judío.
DR: Pero,
si voy yo...
MM: Ni
peros, ni sermones,
yo también he sido joven
y entiendo que cuando se ama
no debe haber
no debe haber
condiciones.
DR: Pero,
entonces, ¿consentís nuestra relación?
MM: Sí
DR: ¿Sin
condiciones?
MM: Ajá
DR: ¿Y
puedo terminar mi canción?
MM: Harás
que me emocione.
DR: Juana,
ya sé que es tarde
espero que puedas perdonarme;
cada noche que pasamos en tu lecho
es inolvidable;
pero hoy no podré quedarme
porque me espera mi esposa.
MM: Hija,
estoy indignado;
¿Es ésto lo que has aprendido
de todo lo que te he enseñado?
No me importa que sean judíos;
no me importa que sean pobres;
¡Lo que me indigna es que no les cobres!