MM: En uno de sus viajes a la Unión Soviética, Mastropiero
trabó relación con una robusta barrendera capataz de nombre
Natasha Frotalascova. A ella
dedicó el compositor su canción rusa "Oi Gadóñaya",
sobre texto de poeta ucranio un tanto anónimo.
CNC: ¡Pladorovnie
pladorovnie Samasvaniet, ia niaponimae porushki tovarich!
MM: Es más...
no, es así como decís vos.
CORO:
Oi gadóñaya
Oi gadóñaya
Oi gadóñaya
MM: Hey,
hey, ¡Hey!...
Basta,
balalaika
enseñanza laica
viña etrusca añeja.
La lleva o la deja
si no es la que busca
plástica katiuska.
CORO:
¡Viva el zar Nikolaievich!
¡Vamos todos a Miami Beach!
¡Viva el zar Nikolaievich!
¡Vamos todos a Miami Beach!
MM: Heeeeeeeeeeeeeeeeeeeeey...
Próspera
piraña
ñoquis, niña extraña
grazna la cigüeña.
La bestia primigenia
próstata en desgracia
cruda idiosincrasia
CORO:
¡Viva el zar Nikolaievich!
¡Vamos todos a Miami Beach!
¡Viva el zar Nikolaievich!
¡Vamos todos a Miami Beach!
¡Hey!
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