No Puedo Vivir Atado
(Éxito inexplicables)

"Por Humor al Arte"
Teatro Coliseo, Buenos Aires, Argentina, 22 de Julio, 1983.


DR: Buenas noches queridas amigas... y amigos. Cuando uno es un cantante popular, de fama internacional, como yo; un ídolo fulgurante, vamos; quizás lo mas difícil es conservar la modestia. Y es inevitable que los periódicos y las revistas se hagan eco de mil romances, de mil locas aventuras... eso provoca muchas envidias. Los que no me conocen andan diciendo por allí que soy un tonto, un imbécil; imagínense los que sí me conocen. Yo soy un pícaro, un seductor, un vagabundo; y como buen vagabundo no puedo echar raíces en ningún lado, como ya lo digo en aquella hermosa canción... que me pertenece:

Jamás ninguna mujer,
podrá retenerme a su lado,
¿qué le voy a hacer?,
no puedo vivir atado,
no puedo, vivir atado.

No puedo vivir atado. Por las mañanas, cuando me miro al espejo... dos, o tres horas; me pregunto: ¿qué tendré yo para despertar tanta admiración?; ya sé que sólo tengo un poco de simpatía natural, una voz privilegiada, una personalidad arrolladora, un buen físico. Al fin y al cabo soy un ser humano como cualquiera, de carne y hueso... ¡pero que carne!, ¡que huesos!, ¡que cartílagos!, ¡que neuronas!...
De verdad, a diario me pregunto que tendré yo para despertar esa locura en las mujeres, y en algunos hombres...en, en las mujeres...
La culpa de todo la tiene este pícaro y travieso corazón mío, como ya lo digo en aquella hermosa canción, que le dedico a mi corazón... que me pertenece:

Su ardiente y pícaro alarde,
mi corazón no se explica,
ardiente porque me arde,
pícaro... porque me pica.

Soy un pícaro,
- oy, oy oy-
qué picaro que soy;
Siempre he sido un pícaro,
-uy, uy, uy-
qué picaro que fúi.

Es hermosísima, no es porque sea mía, ¿no? Pero es realmente genial esta canción; estuve dos años pensando la letra de esta canción, y he recibido varios discos de... devueltos de la disquera....
Pero así como tengo un solo corazón y una sola neurona, ellos pertenecen solamente a una mujer, y en esta noche tan especial, para todas ustedes, que tienen la inmensa dicha de estar aquí... conmigo; a esa mujer quiero dedicarle esta hermosísima canción que casualmente, también me pertenece:

DR. La quiero, la quiero...
CORO: Sí, es verdad

DR: Estoy enamorado...
CORO: Sí, es verdad

DR: Ella es mi pasión, mi vida, mi luz, mi sueño dorado
CORO: Sí, es verdad

DR: La quiero, la quiero...
CORO: Sí, es verdad

DR: Me tiene atrapado...
CORO: Sí, es verdad

DR: Ella ha sido fiel, enteramente fiel, y nunca me ha engañado...
CORO: (silbidos)

DR: ¿Qué pasa?... ¿qué pasa, por qué no cantan?... la quiero, la quiero, sí, sí, es verdad... Si estuvimos ensayando toda la tarde... ¿qué pasa, por qué no cantan?... ¿pero, qué pasa?

LP: ...pasó aquello con Roberto

DR: Con Roberto eran solo buenos amigos

CN: Sí, pero tuvieron un hijo...

DR: Debe haber sido un accidente, a cualquiera se le puede escapar un hijo... puede tener un accidente.

JM: ¿Y lo que pasó con Felipe?

DR: Con Felipe tenían una relación profesional.

LP: Sí, profesional, Felipe le pagaba

DR: La quiero, la quiero...
CORO: Sí, es verdad

DR: Pues ella es deliciosa...
CORO: Sí, es verdad

DR: Fue siempre conmigo, tierna y delicada, dulce y cariñosa...
CORO: ¡Ja, ja, ja, ja!

DR: Ah, ustedes deben estar pensando de aquella vez en que se enojó conmigo y me dijo tonto...

LP: No, pensábamos en lo del cianuro en la sopa.

CN: Y aquella vez en que intentó atropellarlo con el auto

DR: Estaba aprendiendo a manejar.

JM: Sí, por eso no pudo atropellarlo

CN: ...y se acuerdan de aquella vez que se fue y lo dejó atado a la pata de la cama?

CORO: ¡Ja, ja, ja, ja!

DR: Bueno ¡basta!, que por eso la tuve que dejar; como ya lo dije en aquella hermosísima canción... que me pertenece:

Qué le voy a hacer,
no puedo, vivir atado.

Espectáculo:
               
   

Formación:
D. Rabinovich: Cantante solista
E. Acher: batería - coro
C. López Puccio: teclado electrónico - coro
J. Maronna: bajo eléctrico - coro
C. Núñez Cortés: piano - coro

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