JM: Hijos
míos, vamos todos a la ermita de San Ictícola para pedirle
una buena pesca, ¡vamos!
DR: La
verdad, padre, desde que le rezamos a San Ictícola, cada vez
pescamos menos
LP: Antes
sí que había buena pesca por acá, con el santo
que teníamos antes pero... lo trasladaron
JM: Es
que San Ictícola sabe que entre vosotros hay herejes, perjuros,
apóstatas... y por eso está molesto
CN: Padre,
si le molesta la "apóstata", ¿por qué
no se opera?
JM: ¡Ah,
ya estamos llegando! ¡vamos, vamos!
CORO: San Ictícola de la Mar
San Ictícola de los Peces
te queremos solicitar
que nos des una buena pesca
al contrario que otras veces
no nos vuelvas a fallar.
Con fervor y con fe
te venimos a rezar
pero tú también
pon un poco de voluntad.
San Ictícola de la Mar
San Ictícola de los Peces
no nos vuelvas a fallar.
DR: ¡Aaaaaahhhhh!
LP: ¿Qué
pasó?
DR: Me
mordió la oruga
LP: ¿Ya
estás bien?
DR: Sí,
está mano me quedó... ¡ah!
CN: ¡Aaaaaahhhhh!
LP: ¡Aaaaaahhhhh!
DR: ¿Por
qué gritás?
LP: Por
solidaridad
DR: ¡Ah!
JM: Silencio,
hijos míos, silencio, silencio. Hijos, recordad, hemos venido
en el día del santo para rezarle al santo en su santo.
CORO: San Ictícola de los Peces
en tu día te imploramos;
cumple nuestros pedidos
cumple nuestros ruegos en tu día
¡cumpleaños feliz!
JM: Hermanos,
cada vez hay menos pesca. Y la culpa, ¿de quién es? La
culpa es de vosotros, porque vivís en pecado.
LP: No,
padre; vivimos del pescado.
JM: Oremos.
San Ictícola de los Peces, ten piedad de estos pobres pecadores
DR, LP,
CN: San Ictícola de los Peces, ten piedad de estos pobres pecadores
JM: Te
confesamos todas nuestras faltas
DR, LP,
CN: Falta ropa, falta comida, falta dinero
JM: Nos
retractamos de las ofensas inferidas
DR, LP,
CN: Nos retractamos de las ofensas inferidas
JM: A
nuestros padres, a nuestros hermanos
DR, LP,
CN: A nuestros padres, a nuestros hermanos, nos retractamos
JM: A
los hijos, a los cónyuges
DR, LP,
CN: A los hijos, a los cónyuges, nos retractamos
JM: A
los tíos, los primos, los sobrinos, los cuñados, los suegros,
los yernos, las nueras
DR, LP,
CN: Sí, nos retractamos
DR: (al
público) Se ve que es un retracto de familia.
JM: San
Ictícola de los Peces, perdona a estos pecadores, inicuos, impíos,
perjuros, perversos, despreciables, degenerados
DR, LP,
CN: No le creas, no es para tanto
JM: Cantemos
CORO: San Ictícola de los Peces
danos pescado abundante
o caeremos en la tentación de la carne
y la maldición del colesterol.
Alabado sea el lenguado;
y el bacalao alabao;
luz divina a la sardina;
divina luz a la merluza.
JM: Entonemos
grandiosos salmos, ¡salmones! Y loas al atún
CORO: Loas, atún
loas, atún
atún
atún
a tun... nombre
JM: Y
ahora, leeré la vida de San Ictícola
DR: ¿Toda,
padre?
JM: Don
Ictícola Fiorentini fue un honesto mercader que vivió
en la Toscana en el siglo XI, que descubrió su vocación
religiosa el día en que casi muere atragantado por una espina
de besugo; su abnegada esposa salvó su vida extrayéndole
la espina; pero esos instantes de pánico le causaron una tremenda
impresión; Ictícola nunca había visto tan de cerca
a la muerte... ni a su esposa. Entonces decidió tomar los hábitos,
(sobre todo el hábito de no comer pescado), y comenzó
su prédica; la prédica contra el consumo de todo tipo
de pescado. En 1614 fue canonizado como San Ictícola de la Mar,
protector de los peces, encargado de mantenerlos alejados de las redes
de los pescadores...
CN: ¿Y
qué estamos haciendo acá? ¿qué estamos haciendo
acá? ¿se puede saber qué estamos haciendo acá?
¡Veinte años que venimos a esta roca podrida a rezarle
al muñequito! ¡y ahora...!
JM: Lo
que pasa es que esta parte no la había leído nunca
CN: ¡Era
San Ictícola el que nos arruinaba la pesca! ¿te das cuenta?
¡tan santito que parecía!
JM: No,
no, no, está bien, está bien, no debimos rogar a San Ictícola
CN: Pero,
¿en qué quedamos, padre? Si ruega, es porque ruega; si
no ruega, porque no ruega...
DR: Hablando
de Noruega... ¿se acuerdan de las turistas noruegas, las que
vinieron el año pasado?
CN: Y,
qué tiene que ver eso?
DR: Dejemos
la pesca, dediquémonos al turismo; aprovechemos nuestras hermosas
playas, el sol del Mediterráneo... así vienen las turistas
noruegas, ¿eh? que allá se están...
JM: Esas
turistas nórdicas son impúdicas
DR: No,
noruegas
JM: Los
hombres las espían; luego viene la tentación y los malos
pensamientos... toman el sol con el torso desnudo...
DR, LP,
CN: ¡Je, je, je!
JM: No,
esas cosas nunca vienen solas
DR: Y
no, vienen de a pares... (la tentación y los malos pensamientos)
JM: No
voy a permitirlo... no insistan... ¡bueno, está bien!
LP: Padre,
¿y a quién hay que rezar para que nos manden turistas?
Suecas, belgas, alemanas...
JM: Torso
desnudo... hay una santa... ¡Santa Lola de los Lactantes! Vamos
a rezarle para que nos mande turistas.
CORO: Suecas, belgas y alemanas
son mujeres muy completas
por su cuerpo seductor,
por la gracia de sus piernas
por la gracia de sus...
¡por la gracia del Señor!