La Comisión (I)
(Himnovaciones)

"Bromato de Armonio"
Teatro Coliseo, Buenos Aires, Argentina, 27 de Junio, 1998

MM: ¡Enhorabuena, doctor, lo felicito!
Se está por concretar nuestro sueño de modificar el himno nacional;

DR: Por fin!

MM: Se acaba de aprobar la creación de la Comisión de Mantenimiento y Actualización Permanente de la Canción Patria, la CMAPCP. Y usted y yo hemos sido nombrados miembros de honor de la misma.

DR: Es un gran orgullo para nosotros y un gran triunfo de nuestro partido, el Frente Liberal Estatista Lista Azul.

MM: Viva el listazulismo!, doctor.

DR: A partir de ahora el país cuenta con una nueva e importante Comisión, un gran aporte para nuestras instituciones.

MM: Es verdad, además usted y yo nunca habíamos estado en una comisión tan importante.

DR: Es cierto, hasta ahora siempre habíamos cobrado comisiones importantes.

MM: Eh... no diga eso...no no doctor por favor!! ¡ja, ja, ja, ja!... este... qué ocurrente, doctor. Vea, respecto del músico a quien encomendarle las modificaciones al himno nacional, he estado pensando...

DR: ¡Ah, lo felicito doctor! ¡sano ejercicio!

MM: ¡Ja, ja, qué ocurrente, doctor! He estado pensando que debía tratarse en principio de un músico simpatizante de los ideales de nuestro partido, en lo posible afiliado al mismo, digamos tiene que ser un músico adicto...

DR: Yo conozco varios músicos adictos, yo justamente les conseguí....

MM: ¡no Doctor!..., adicto a la causa.

DR: ¡Ja, ja, qué ocurrente, doctor!

MM: Bueno, también tiene que tratarse de un músico sensible al gusto de las mayorías.

DR: Claro que sí, debe ser un compositor de éxito, un músico de calidad.

MM: Sí, una de dos. Y vea, discúlpeme doctor; ehh... ¿qué está haciendo?
¿Qué está haciendo, seré curioso?

DR: Ahhh!, Me levanto las medias

MM: ¿Y ahora?

DR: Me levanto...

MM: No me diga nada...

DR: ¡el moñito!...

MM: je je je

DR: No, ¡ni así!

MM: Volviendo al tema del músico para modificar el himno, vea, me han hablado muy bien del maestro Mangiacaprini...

DR: ¡Ah, es muy famoso!

MM: Ah, ¿lo conoce?

DR: No.

MM: El asunto es que hablé con él por teléfono, y nos espera en su casa.

DR: ¿En mi casa? Je, je, es un intruso.

MM: No doctor, no, en su casa de él.

DR: Ja, ja ¡Qué ocurrente, doctor! Vayamos a su casa de él. ¡El maestro Mangiacaprini!

CN: Chiquilín picarón
y dame el coscorrón
Te daré el coscorrón
si me das el biberón.

¡Ah, deben ser los políticos!
¡Sí, ya va, ya va! Sí, adelante, adelante.

MM: Maestro Mangiacaprini, mucho gusto, yo soy el que habló con usted por teléfono.

CN: Que bien

DR: Mucho gusto, maestro; yo soy el que no habló con usted por teléfono.

MM: ¡Ah, ja, ja, ja! Y le digo más: ¡Uh, uh!

MM: Maestro Mangiacaprini, venimos en nombre del Frente Liberal Estatista Lista Azul; como usted sabe, acabamos de ganar por amplio margen las elecciones y hemos asumido el gobierno.

CN: Congratulaciones, caballeros.

MM: Somos grandes admiradores de su trayectoria artística.

CN: ¡Ah, ah!, bueno, la verdad que...

MM: Sobre todo una sobrina mía, fanática, tiene todos sus discos...

DR: Dígale a su sobrina que se los devuelva.
¡Ja, ja, ja, ja, ja! Ja, ja, ja, y le digo más! ajajajaaa

CN: Yo les agradezco los elogios pero, ¿a qué debo el honor...?

DR: Vea; nuestro partido quiere encomendarle el himno nacional.

CN: Pero si ya tenemos uno.

DR: Claro que sí, pero queremos mejorarlo, modernizarlo. Vea, maestro Mangiacaprini; el Frente Liberal Estatista Lista Azul, el partido al que yo pertenezco desde que tengo uso de razón... o sea, desde que asumimos el gobierno, hemos formado una Comisión de Mantenimiento y Actualización Permanente de la Canción Patria: la CMAPCP, y hemos pensado en usted.

CN: Yo les agradezco, pero no sé si soy la persona indicada... no tengo la formación necesaria... la verdad, soy bastante inepto.

DR: Por eso lo hemos elegido; quiero decir, porque necesitamos una persona joven, sin prejuicios.

MM: Además, maestro, se le pagaría muy bien, usted sabe que nuestro partido tiene mayoría en el parlamento, o sea que vamos a obtener una abundante partida presupuestaria para la tarea de la Comisión. Eso quiere decir que, si el doctor y yo lo recomendamos a usted para modificar el himno, sus honorarios van a ser realmente elevados, y discúlpeme que se lo diga con cierta crudeza, por lo tanto a usted le conviene que seamos amigos... cuando digo amigos estamos hablando de un veinte por ciento...

CN: ¡No, no, no, momentito, momentito caballeros! A ver si entendí bien, yo no puedo traicionar mi honestidad y mis principios! ¿cómo les voy a dar el veinte por ciento de mis honorarios?

MM: Pero maestro, tiene razón, ¿por quién nos ha tomado? ¿cómo nos va a dar el veinte por ciento de sus honorarios ? ¡el veinte por ciento es para usted!

DR: Y el noventa para nosotros...

CN: No, no pero no se trata de eso... yo tengo una trayectoria...

DR: Mangiacaprini pero ya conocemos su trayectoria fehacientemente pero piense usted...; Maestro Mangiacaprini no todo es oro lo que reluce.

CN: No pero no se trata de eso...

DR: Piense usted, por un momento, que usted ganaría mucho prestigio.

MM: Claro. Usted hasta ahora es muy famoso, en la televisión, en las bailantas, pero...si usted interviene en las modificaciones al himno, piense un poco, los acordes que usted escribió resonando en los actos públicos, en los desfiles, en las escuelas...

CN: ¿El himno nacional? Y, escúchenme, en el supuesto caso de que yo aceptara, ¿no?, claro está, ¿yo podría, digamos, intercalar en el himno algunos compases de... alguna de... mis cumbias?

DR: Si no se nota demasiado...

CN: ¿Qué debo hacer? ¿qué debo hacer? ¿valdrá la pena traicionar los grandes ideales? ¿qué me dirían, si pudieran verme, los grandes genios de la música? Beethoven, Ray Conniff, la mona Giménez...
Debo tomar una decisión: ¿Aceptar el trato que me proponen, o seguir como hasta ahora?; ¿los solemnes acordes del himno nacional, o"chiquilín picarón"? ¡Qué terrible decisión!: aceptar un trato inmoral para entrar en la Historia. Ya me parece escuchar desde el Más Allá, a tantos grandes personajes: "¿No te da vergüenza? ¡debes seguir nuestro ejemplo! ¡debes aceptar!" ¡Caballeros, acepto!

MM: ¡Muy bien Mangiacaprini!

DR: ¡Qué alegría, maestro! ¡Bienvenido a la CMAPCP!

MM: Maestro, acá está la partitura del himno, para que ya vayamos viendo algunos cambios.

CN: Bueno, usted dirá, doctor.

DR: Lo primero que hemos pensado en el seno de la Comisión es el tema de la juventud.

CN: Los jóvenes.

DR: Sí, también, los jóvenes, también. Modificar el himno para hacerlo menos retórico y que la juventud se sientan más identificada con él.

CN: Bueno, yo creo que, si se trata de los jóvenes...
... la primera estrofa podría prestarse perfectamente

MM: ¿A sí?

CN: "Hoy es futuro y es pasado, hoy es el antes y el después"; creo que con una pequeña modificación hacia el final, podríamos captar a los jóvenes.

MM: Pero y... ¿cómo sería, como quedaría?

CN: Ah sí!, sería más o menos... a ver qué les parece...naturalmente siempre se puede...

Hoy es futuro y es pasado,
hoy es el antes y el después;
hoy es libre en nuestra Patria
hoy es...hoy es...
¡oh yes!

MM: Fantástico maestro, qué... "poencia elocuética"

DR: ¿Qué?

MM: Elocuencia poética.

DR: ¿Qué?

MM: ¡Qué grande!

DR: ¡Ah! si !maravilloso fantástico!

MM: Para mí puede quedar ...

MM: Sí, sí... para mí ¡queda, queda!

MM: ¡Queda, queda! No, esto está fantástico para los adolescentes, los jóvenes, pero, bueno, habría que pensar también en los más pequeños.

CN: En los chiquititos.

MM: Claro, porque como yo digo siempre en mis conferencias, incluso lo he publicado en uno de mis libros, "los que hoy son niños, mañana serán hombres".

DR: ¡Que bárbaro! "Los que hoy son niños... mañana serán hombres"... hay que tener coraje, ¿eh?... no, no, la editorial, digo, para publicarle el libro, los que hoy son niños, mañana serán hombres ¡yo no lo entiendo!
Debe ser una reflexión sesuda, ¿no?

MM: Eh no, en fin... Se suda, se suda, cuando hace mucho calor.

DR: No, no me refiero... "Los que hoy son niños, mañana serán hombres"... ¡qué manera abrupta de crecer! ¡hop! ¡ y ya está!

MM: A ver, ¿cómo se lo explico? Es una metáfora...

CN: ¡La batalla de Carachacumba!

DR: Se la ganamos contra los españoles.

CN: No, no, no, digo que la parte del himno que habla de la batalla de Carachacumba, para los chiquititos; si cambiamos unas palabritas, yo creo que queda perfecto.

DR: Que buena idea.

MM: ¿cómo quedaría.....?

CN: Sería más o menos así.

Enemigos de la Patria
huyendo vencidos van
al galope sus corceles
hico, hico, tacatá-tan-tan

Y si algún fiero enemigo
nuestras fronteras ataca
resurgirá nuestro grito:
malo, feo, enemigo caca!

MM: ¡Qué maravilla, que maravilla!

DR: ¡Qué hermosa metáfora! Para mí, puede quedar eso. ¿No?

MM: Sí, sí, sí, sí, sí.

DR: ¿Qué le parece?

MM: Que sí.

DR: ¡Queda! ¡queda!

MM: Bueno, en realidad, falta lo más importante, lo que nos pidió el presidente de la nación, el profesor Pedro Garcete.

DR: Bueno, él es el líder natural del Listazulismo, nos pidió ver la posibilidad de deslizar en el final del himno un mensaje proselitista, sin que se note demasiado; los ideales de nuestro partido, porque para nosotros es muy importante ganar las próximas elecciones, así podemos completar nuestra obra de gobierno.

MM: O, por lo menos, iniciarla.

DR: ¡Qué ocurrente doctor!
Lo dejamos trabajando en el final; Mangiacaprini, bienvenido a la CMAPCP.

MM: Maestro, maestro... ¡maestro!

CN: Simpáticos, los políticos; bueno, así que esta gente vuelve mañana, y yo tengo que deslizar en el final del himno un mensaje proselitista.
¡Qué compromiso, qué compromiso!

Espectáculo:
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Formación:
M. Mundstock: Político 1 - coro
D. Rabinovich: Político 2 - coro
C. Núñez Cortés: Maestro Mangiacaprini / teclado electrónico - coro
C. López Puccio: Presidente Garcete - coro
J. Maronna: Edecán - coro

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