"I
Musicisti y Las Óperas Históricas"
Auditorio Di Tella, Buenos Aires, Argentina, Julio, 1967
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Relator (en off):
Los cortesanos de Francisco I ven postergados sus planes. El oscuro
personaje ha desaparecido de las Indias y todavía no apareció
en ninguna otra parte. Segismundo Freud sigue dando conferencias en
Viena aunque planea un viaje a Cremona. Un extraño espadachín
flamenco ha mantenido secretas conversaciones con Francisco I, pero
Rafaello no puede ser porque está en Sevilla. Thales de Mileto
sigue negándose a concurrir a la corte de Francia. La ira y el
tedio del rey crecen día a día. Los cortesanos deben entretenerlo
mientras no se concretan sus designios. A tal fin, conducen ante el
monarca un grupo de juglares, sorprendidos haciendo las delicias de
ciertos mercaderes trashumantes, que trasladan un extraño cargamento
desde Andalucía a los Países Bajos. Al principio, los
juglares no se atreven a verter el contenido de sus lascivas coplas
ante el soberano, pero son obligados a hacerlo. Temen ser castigados
por la procacidad de sus cantares, mas deben actuar por fuerza. Por
lo tanto, han elegido para su presentación frente al rey, dos
canciones levemente obscenas, que ya le brindan.
Francisco I está recostado. Frente a él, los juglares
le interpretan sus canciones.
Juglar:
En mi pieza hay una cama
que la llamo del olvido
por dar consuelo a mi drama
cuando estoy muy abatido.
Si
de las penas la hiel,
me acorrala con su acecho,
recuerdo el refrán aquel
que decía: A lo hecho, lecho.
Mi
cama disipa el luto
que tortúrame y agita
cuando en ella lo discuto
con alguna señorita.
Cama
me hiciste sentir
que si no quiero amargarme,
antes de irme a dormir
es muy útil acostarme.
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